Cuando estás realmente involucrada con tu trabajo suelen surgir preocupaciones, temores e inseguridades que te provocan ansiedad y estrés. Darle importancia y apasionarte por tu vida profesional es una cualidad que te hará destacar ante la competencia, compañeros y hasta a inspirar a los integrantes de tu equipo. Pero, cuando la pasión se convierte en una preocupación y el interés pasa a convertirse en pensamientos negativos es momento de detenerte, respirar y bajar tus niveles de estrés.
7 Tips para
desestresarte trabajando
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Deja de hacer lo que estás haciendo.
El estrés puede ser tu compañero y aliado mientras no se convierta en distrés (exceso prolongado de tu estrés). Para que continúes trabajando con energía, detente un momento y date cuenta que te estás dejando llevar por pensamientos y sentimientos. Mira a tu alrededor, siente tu presencia en el tiempo presente y espacio.
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Ya que te detuviste,Respira
Para que el estrés no continúe elevándose, concéntrate en tu respiración. Realiza una respiración profunda, con la regla 4-7-8. Esta regla consiste en inhalar durante 4 segundos, sostener el aire otros 7 segundos y exhalar lentamente en 8 segundos. Ser consciente de tu respiración será de gran ayuda para despejar tus pensamientos. Otro método que puedes intentar son las respiraciones abdominales. Pon una mano en tu pecho y otra en tu abdomen, al respirar, deberás observar como la mano que está en tu vientre se mueve al ritmo de tu respiración (respira lento y profundo). Puedes intentar ambos métodos de respiración y ver cuál te relaja más rápidamente.
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Pon atención a tu cuerpo
Analiza parte por parte tu cuerpo e identifica las áreas que se encuentran tensas. Generalmente tu ceño, hombros, cuello y espalda serán los más afectados, trata de relajarlos y hacer movimientos para disminuir la tensión muscular. Levántate un momento, camina y estírate, puede ser de gran ayuda.
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¿Cuál es el origen de tu estrés?
Como ya bien lo sabes, el estrés surge ante una situación nueva o complicada en la que sientes un reto o peligro. Muchas veces te sientes estresada pero no sabes por qué. Una forma de bajar tu estrés es racionalizar. ¿Qué te está provocando estas emociones? ¿Es una situación o son varias?
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Analiza tu situación.
Una vez que identificaste la o las razones de tu estrés, piensa qué te da miedo o preocupación de esa situación. ¿Depende de ti o no está en tus manos resolverla? ¿Es tan complicada como parece en tus pensamientos? ¿Te estás anticipando a los resultados? En lugar de llenarte de ideas irreales, te recomendamos hacer un plan de acción. Si esa situación depende de ti, entonces comienza a planear las pequeñas acciones que deberás realizar para lograr la tarea exitosamente. Al hacer esto tu mente se dará cuenta que realmente no es tan complicado como parece. Si la situación que te estresa no está en tus manos, detén esos pensamientos, no puedes hacer nada. Evita anticipar y ser pesimista, practica la paciencia.
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Una sonrisa cambia todo
La postura corporal y las expresiones faciales tienen una fuerza impresionante. Estudios comprueban que una postura y expresión positiva puede modificar por completo tu estado de ánimo. Si tu cara está fruncida y tus brazos cruzados podrás sentir y transmitir tensión y una actitud cerrada. En cambio si sonríes, aunque no tengas muchas razones, convencerás a tu estado de ánimo de estar contento, tranquilo y positivo, además transmitirás alegría a tus compañeros y querrán acercarse a ti.
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Convive
Las relaciones sociales y las interacciones con los demás son un gran protector contra el estrés. No dudes en entablar una conversación con tus compañeros o familiares por un momento, una conversación interesante o un chiste podrá cambiar por completo tu estado de estrés.
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